viernes, 25 de abril de 2014
Bloody Miami, Tom Wolfe
La fascinación que sobre los políticos locales ejercen los nuevos ricos, ejerciendo de mecenas culturales y de timadores, estalla cuando un periodista meritorio, blanco, con CV de gran universidad y un policía, adicto al gimnasio y de origen cubano, convergen en una movida tipo Judas en opinión unánime de la comunidad gusana de Miami.
jueves, 24 de abril de 2014
Cielo de Plomo, Ben Pastor
Dos generales del ejército soviético llegan a Merefa, óblast de Járkov, noreste de Ucrania en 1943 durante la ocupación alemana. Uno es prisionero, el otro, agente doble que deserta. Un tesoro escondido en un bosque de espíritus y de minas. El comandante Martín Bora, oficial de inteligencia trata de ejercer como investigador al margen de los dilemas morales que le genera la disciplina nazi. Un coctel de insulsa trayectoria con un personaje habitualmente más vivo y creíblemente sufridor en la serie de la autora italiana.
martes, 22 de abril de 2014
La rubia de los ojos negros, Benjamin Black
Un Marlowe resucitado se dedica a buscar un no muerto en la década de los cincuenta para una clienta pija de comportamientos inverosímiles, supuestamente de Hollywood. Personajes imposibles, estereotipos y cartón piedra. Novela por encargo de la familia de Chandler que precisaría hacer caja.
domingo, 20 de abril de 2014
El juego de Ripper, Isabel Allende
Con algunos de los aditamentos habituales en la autora, una señora adivina, una familia con fuertes lazos, un grupo de niños y niñas investigan casos criminales en los que trabaja el papá de una de ellas, a su vez ex de la adivina, mas un abuelo apacible y entregado a la nieta. El malo es un transformista con taras infantiles. El remate es tipo patriótico por aquello de que si sacas las barras y las estrellas algún impuesto te perdonan.
Vertedero, Manuel Barea
Fallido intento de recrear unas fechas y un espacio entre Sevilla Sanlucar y Rota. Demasiada vida interior para un tipo que es un mal chori (profesionalmente hablando), tiene unos colegas desastrosos y monta un happy end en plan vengador social.
Una verdad delicada. John le Carré
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